30.10.13

-Nosotras también somos una prioridad-


A veces pareciera que nuestro día a día está plagado de cosas que dejamos para más adelante. Nos decimos que vamos salir a dar una vuelta cuando terminemos de escribir esto para la facultad, o que vamos a empezar yoga en cuanto finalicemos con esa entrega urgente del trabajo. Muchas veces pareciera que tenemos tantas cosas que hacer en nuestro día que la lista de obligaciones se extiende sin fin. Las tareas urgentes se van acumulando y corremos todo el tiempo hasta que llega la noche sin que nos demos cuenta. Las responsabilidades van cayendo sobre nosotras a medida que pasan los años y nunca parecen disminuir. Porque ¿cuando terminamos ese escrito para la facultad? Recordamos que había que leer un texto para otra materia. ¿Y cuando hacemos esa entrega en el trabajo? Estamos tan agotadas mentalmente que lo único que queremos hacer es dormir hasta que suene el despertador y tener que levantarnos a hacer todo de nuevo.

Parecería ser un círculo infinito en el cual se hilan una tarea atrás de la otra. Nuestras prioridades van cambiando con los años y con las distintas situaciones que nos tocan vivir. Y sin embargo, hay una “tarea” que siempre parece relegarse en favor de otras: nosotras mismas. Recuerdo haber leído en un texto de la facultad que las mujeres suelen presentar más patologías graves o cuadros más agravados de patologías simples cuando llegan a la guardia de los hospitales, al comparárselo con hombres y niños. Y el texto explicaba que esto se debía generalmente a que las mujeres postergaban ir al médico el mayor tiempo posible porque sentían que tenían cosas más importantes que hacer (léase, cuidar de la familia, del trabajo, etc). Y hace poco salió en la televisión el anuncio de un remedio para la gripe (o algo similar) que prometía restaurar la salud en 24 hs “porque mamá no se puede tomar ni un día libre”.

¿Desde cuándo cuidar de nosotras mismas es un mal uso de nuestro tiempo? ¿Cuándo hicimos la conexión entre estar un día en cama enfermas y “tomarnos un día libre”?  ¿A qué edad decidimos que las responsabilidades que tenemos hacia los otros son más importantes que nuestra propia persona? Me doy cuenta que a veces tenemos que priorizar otras cosas, pero también sé que muchas veces esta forma de vida se convierte en una costumbre sin necesidad de que lo sea. Tenemos que comenzar a concientizarnos del hecho de que si no cuidamos de nosotras mismas, llega un punto en que no tenemos nada que dar a los demás. Si nosotras no nos damos la importancia que tenemos y cubrimos nuestras propias necesidades (aunque esas necesidades sean cinco minutos de calma y silencio), nadie lo va a hacer por nosotras. Nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu son también nuestra responsabilidad, y una que tenemos que marcar con una etiqueta roja de ALTA PRIORIDAD.


Cuéntenme, ¿se reconocieron en alguna de estas situaciones? ¿Qué podrían empezar a hacer para cuidarse?


Besos,

-Gi-

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